¿Entrenar más refuerza el sistema inmune?

Seguro has oído hablar de la importancia de mantener en un estado óptimo tus defensas para protegerte de enfermedades infecciosas, malestares y fatiga. 

Existen factores que las alteran más allá de los patógenos, como los cambios estacionales y la edad. Hay otros que también influyen y podemos controlar, tus hábitos y elecciones cotidianas:
En este sentido, el ejercicio físico puede producir efectos positivos o negativos en tu sistema inmune, dependiendo de:
  • El tipo, intensidad y duración del ejercicio
  • El estado de la persona (no es lo mismo en una persona que ejercite regularmente que una sedentaria)
  • El momento de la valoración inmunitaria (inmediatamente tras la finalización de una actividad física o transcurrido un tiempo de haber concluido la misma) 
  • El estrés que suponga a cada persona la realización de una práctica
    deportiva.
Se han realizado varios estudios al respecto. Podríamos decir, en relación al efecto de la actividad física en la función inmunitaria, que los ejercicios de alta intensidad prolongados o el sobreentrenamiento experimenta un bajón inmunológico por el gran estrés al que se somete el cuerpo
 

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Los buenos datos: el ejercicio moderado es beneficioso para mantener estable y óptimo el sistema inmune, (siempre teniendo en cuenta los factores individuales antes mencionados). 
 
Se aconseja entonces para mejorar tus defensas, una actividad física moderada tales como, natación, running, yoga, pilates… y por supuesto, los ejercicios de fuerza. Estos aumentan el número de anticuerpos si se practica con regularidad.

Por lo tanto, evita el sedentarismo si quieres optimizar tu sistema inmune. Haz ejercicio moderado  para mejorar tus respuestas inmunitarias. Y cuida el resto de las variables: una alimentación variada y saludable, alcohol moderado, evitar el tabaco, hacer ejercicios respiratorios, mantener niveles de estrés bajo control y una mentalidad positiva. Círculos de hábitos virtuosos.