¡Deja YA de comer chatarra!

Mejora tu vida con estas claves fáciles de aplicar

La forma en que nos relacionamos con lo que comemos ha cambiado junto con la globalización. Si tu abuela o la mía supiera lo que comen los millenials repartirían más de un castañazo, por poner un ejemplo nada más.

¿Acaso comemos igual que nuestros abuelos o que nuestros antepasados más lejanos? La respuesta es no, para bien y para mal. ¿Qué a cambiado nuestra visión de los alimentos? ¿Como podemos configurar una alimentación sana, equilibrada y energética?

Demasiada información nos confunde. Nuevas dietas, nuevos conceptos, consejos, miles de expertos dando su opinión y haciendo business. Mientras, observamos epidemias de obesidad y diabetes, al mismo tiempo que imágenes de modelos de moda o «fitness» invaden las redes sociales. ¡Que saturación! Es necesario pararnos un momento a respirar y entender, primero, donde estamos y cómo vivimos.

Enumero entonces algunos factores que han generado unos hábitos alimenticios diferentes que los que se presentaban hace tan solo 30 años atrás:

  • el bombardeo mediático basado en una economía de hiper-consumo.
  • las costumbres que fueron degenerando con las excesivas exigencias laborales y los nuevos modelos familiares.
  • el fácil acceso a productos alimenticios y culturas culinarias procedentes de cualquier rincón del planeta.
  • la influencia de la industria de los alimentos y sus respectivos intereses corporativos.
  • la publicidad engañosa.
  • las nuevas regulaciones de comercio, ecología y sanidad que prácticamente desconocemos.
  • elementos condicionantes geográficos, políticos, económicos, sociales, tecnológicos, logísticos, climáticos y ecológicos.

 

 

En esta era moderna de tecnología y “progreso” vivimos abrazados de estímulos negativos con una carga estresante:

  • respiramos aire contaminado (o fumamos, terrible hábito mortal).
  • bebemos aguas de muy baja calidad (en el mejor de los casos, si no es que tomamos refrescos o alcohol).
  • solemos comer alimentos empaquetados que muy lejos están de su estado natural.
  • vivimos en espacios con excesos de estímulos visuales y auditivos.

Estas condiciones nos llevan a la conclusión de que padecemos deficiencias nutricionales, todos, cada uno en su medida, algunos más, otros menos.

Cómo combatir las deficiencias nutricionales

¿Qué hacer entonces? Cuidar claves prácticas que son de fácil aplicación (haz click en los enlaces pare ver más detalles de cada una de ellas).

En definitiva, deja de hacer lo que ya sabes que está mal. Si compras basura en el super o si pides porquería en el bar, eso es lo que tu energía va a absorber. Elige a conciencia, aprende y pasa a la acción. ¿Quieres más info de calidad? te ofrezco mi último libro, «Comes fatal y lo sabes», ahora mismo en promoción. Accede haciendo click en este link.

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¡Saludos!

imágenes de Pinterest, giphy.com y Fer Orpinell