La necesidad de realizar actividad física

El movimiento como hábito

La necesidad de realizar actividad física no es un planteamiento moderno o solo aplicable a esta época que transitamos. “Mens sana in corpore sano” oraba un filósofo de la Grecia Clásica. Aquellos eran tiempos donde el sofá no disfrutaba de las horas de protagonismo cotidiano, donde no había ordenadores, ni electrodomésticos, ni máquinas que hagan nuestro trabajo. En aquella cultura antigua, cuna de la civilización, se le daba muchísima importancia a la actividad física. Es probable que los griegos hayan desarrollado una consciencia a nivel físico (a diferencia de nuestros días), gracias a la necesidad del uso de la fuerza tanto para trabajar, o por motivos bélicos, como por las ventajas que aportaba, en el día a día, una buena condición física, o, inclusive por el culto a la belleza aplicado a las artes, dejándonos el “canon de belleza helénico”. Es lógico creer en la notabilidad que se le otorgaba a la ejercitación del cuerpo. Tiene sentido ¿verdad?

 

actividad física grecia

 

Nuestros orígenes

Pero remontémonos a épocas aún más antiguas, por ejemplo: La Edad de Piedra. El hombre vivía desprovisto casi de refugio y herramientas mecanizadas que mejoraran su calidad de vida. Estos seres humanos de antaño, estaban siempre expuestos a los peligros del medio donde vivían, por lo que necesitaban de su destreza física para sobrevivir. Imaginemos por un momento ese medio. Las distancias necesarias para encontrar presas de cacería en épocas con climatologías brutales, la fuerza, rapidez y energía que deberían necesitar para cazar su alimento así como la requerida para escaparse para no ser devorados por una bestia. O bien, cuando comenzaron a asentarse, y requerían de los esfuerzos físicos para construir sus refugios o herramientas, por precarias que fueran.

Nuestro cuerpo humano está preparado para todo esto. Está hecho para moverse. Esta condición física, en tiempos remotos, era inherente al hombre (corrían, trepaban, cazaban, luchaban); una cuestión cotidiana de supervivencia.

 

La modernidad

En la época en la que vivimos (por lo menos en la mayoría de las sociedades), ya no encontramos estas necesidades de supervivencia basadas en la destreza física. Los estímulos que recibimos del entorno son otros.

Sin embargo, debido a nuestro actual modo de vida, trabajos de escritorio, horas de estudio, ocio de sofá y televisión; nos hemos habituado a adoptar posturas inadecuadas (como sentarnos a veces por muchas horas) acostumbrándonos al sedentarismo, al “no – movimiento”.

Es por esto, que debemos tener conciencia al respecto. Debemos darnos cuenta de lo que necesitamos para vivir, para gozar de una buena calidad de vida, de salud. Necesitamos de la actividad física, tanto como de comer o de descansar.

Indudablemente entonces, una buena forma física nos acerca a un estado de felicidad.

La ausencia de dolores o molestias que nos impidan realizar nuestras tareas cotidianas; – y mejor aún, ser fuertes y ágiles en estas acciones – pueden provocar una gran diferencia en nuestro ánimo, nuestra seguridad y nuestro equilibrio mental.

 

Conclusiones

La actividad física realizada con regularidad, y de manera correcta, contrarresta las malas posturas y el sedentarismo al que nuestra vida cotidiana acostumbra a nuestro cuerpo. También nos permite liberar hormonas que nos acercan a esa sensación de felicidad. Te recomiendo una buena sesión en el gimnasio, una clase de yoga, ejercicio al aire libre… y verás cómo tu energía se eleva y tu cabeza de despeja del incesante flujo de pensamientos que la domina.

Para alcanzar un aceptable estado de forma es fundamental, la práctica continuada de actividad física. Cualquier actividad que se realice con constancia y de una manera adecuada será suficiente, considerando siempre la supervisión o el consejo de un profesional. Un entrenamiento guiado y optimizado es ideal para alcanzar objetivos y obtener mejoras. Y no estoy hablando solo de deportistas o personas que quieren conseguir o mantener un físico estéticamente bello. Estoy refiriéndome al común denominador de la gente. Mejoras como readaptar algún problema muscular o articular, conseguir agilidad, flexibilidad, perder exceso de peso, mejorar la postura, o fomentar la mejora del sistema cardiovascular, son solo algunos de los grandes beneficios del ejercicio. El factor estético es una consecuencia de una actividad física apropiada y regular; y si quieres, inspirador para crear Arte y Belleza como en la Grecia Clásica

¡Les invito a dejar el sofá y pasar a la acción! Menos tv, ordenador y redes sociales. Sentado no vas a arreglar tu mundo. “The revolution will not be televised” reza una canción de Gil Scott-Heron, uno de los padres del Hip Hop. Actívate, muévete. ¡El movimiento es la esencia de la vida!

 

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